La inflamación por lupus puede afectar a los pulmones de diferentes maneras y puede involucrar el revestimiento de los pulmones, los mismos pulmones, los vasos sanguíneos dentro de los pulmones y el diafragma.
Pleuritis
La forma más común que el lupus afecta a los pulmones es por inflamación de la pleura, el revestimiento que cubre la parte exterior de los pulmones. Los síntomas de la pleuritis que puede experimentar es dolor, severo y agudo, en una área específica o en áreas del pecho.
El dolor, que se nombra pleuresía, empeora cuando respira profundo, tose, estornuda o se ríe.
Es posible que también sienta falta de respiración. En ocasión, una cantidad anormal de fluido se acumula en el espacio entre los pulmones y la pared de su pecho; cuando se derrama se conoce como efusión pleural. Del 40 al 60 por ciento de las personas con lupus padecen de dolor por pleuresía, con o sin efusión.
Neumonitis
La inflamación dentro del tejido del pulmón se conoce como neumonitis. Los síntomas de la neumonitis que puede experimentar son fiebre, dolor del tórax, falta de aire y tos. La infección causada por una bacteria, virus, u hongo es la causa más común por neumonitis.
Enfermedad pulmonar intersticial crónica
Cuando la inflamación en los pulmones es crónica, puede causar cicatrización. La cicatriz puede prevenir que el oxígeno se mueva fácilmente de los pulmones a la sangre y puede causar difusión (extendida) de enfermedad pulmonar intersticial. Los síntomas que puede experimentar incluyen tos seca, dolor de pecho, y dificultar al respirar durante actividad física.
Embolia pulmonar
Los coágulos de sangre que obstruyen las arterias que van a los pulmones se conocen como embolia pulmonar. Estos coágulos de sangre causan dolor de pecho y falta de respiración pero también pueden llevar a la diminución de fluyo de oxígeno a los pulmones. Si tiene anticuerpos anti fosfolípidos, daño vascular y/o una vida sedentaria, tiene un mayor riesgo de tener una embolia pulmonar.