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Fumar y lupus: Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar
Gracias a un amplio rango de estudios de investigación, es claro que el fumar complica y acelera los efectos dañinos del lupus. También se sabe que la mayoría de los efectos negativos en el cuerpo son reversibles cuando se deja de fumar. En el estudio de Harvard Nurse’s Health Study, los autores concluyeron que hay beneficios inmediatos al dejar de fumar y eventualmente el riesgo de enfermedad coronaria regresa al mismo nivel de un no fumador.
Más que ninguna otra decisión sobre su estilo de vida, el dejar de fumar va a tener el impacto positivo más grande en su lupus.
La siguiente información empareja lo que conocemos sobre el lupus con los efectos conocidos de fumar.
Las personas con lupus son más susceptibles a padecer infecciones: Las infecciones respiratorias son entre las más comunes. El fumar cigarrillos aumenta el riesgo de contraer neumonía neumococo y bronquitis crónica. Los investigadores reportan que fumar pasivamente, o ser expuesto regularmente a fumadores de segunda mano, también aumenta el riesgo de tener este tipo de neumonía.
El fumar o estar alrededor de personas que fuman puede aumentar su riesgo de contraer neumonía neumococo.
Se ha encontrado que personas con lupus que son tratadas con dosis moderadas a dosis altas de prednisona por largo plazo desarrollan enfermedad del corazón (arterosclerosis) 20 a 30 años más temprano que la población general. No es poco común que agina de pecho (dolor en el musculo del corazón) y hasta ataques de corazón ocurran en personas con lupus tan joven como de 30 años de edad. El fumar aumenta el riesgo de enfermedades de las arterias coronarias. El fumar también aumenta el riesgo de ataques del corazón en las personas que padecen diabetes Tipo 1 o Tipo 2. Si usted fuma y tiene lupus, usted aumenta considerablemente el riesgo de dañar su corazón.
El lupus puede afectar a los vasos sanguíneos y a la circulación de varios modos.
El fenómeno de Raynaud es común en personas con lupus y cuando esta activo, resulta en una circulación pobre en las manos y los pies. El fumar contribuye a los espasmos en los vasos sanguíneos y puede aumentar los efectos del fenómeno de Raynaud, empeorando un caso moderado, y puede resultar en daño severo en los dedos de las manos o de los pies.
El lupus vasculitis puede causar estrechamiento de los vasos sanguíneos y una disminución del flujo de sangre al tejido y los órganos. El fumar estrecha los vasos sanguíneos y empeora la enfermedad vascular periférica (falta de riego sanguíneo).
Los anticuerpos anti fosfolípidos que se encuentran en algunas personas con lupus pueden aumentar el riesgo de tener coágulos en la sangre graves y tener un infarto cerebral. El fumar también aumenta el riesgo de padecer infarto cerebral.
El fumar contribuye a la presión arterial elevada, que agrava la enfermedad renal.
La enfermedad renal en lupus puede resultar en hipertensión. Un estudio de Stanford University en personas con nefritis lúpica encontró que fumadores progresaron a enfermedad renal en etapa terminal mucho has rápido que personas no fumadoras (145 meses vs. 273 meses).
El fumar tiene efectos dañinos en todas partes del sistema digestivo, contribuyendo a trastornos comunes como la acidez.
El hígado procesa muchos de los medicamentos que se utilizan para mejorar los síntomas del lupus. El fumar afecta al hígado cambiando el modo que metaboliza fármacos y alcohol. En algunos casos, esto puede influir la dosis de medicamento necesaria para tratar la enfermedad.
El lupus puede causar pérdida de cabello y otros problemas de la piel. El fumar se ha asociado con enfermedades de la piel. Algunos estudio hechos en ratones, han indicado que es posible que exista un enlace entre fumar, pérdida de cabello y el cabello canoso prematuro.
Aunque enfermedad de la piel por lupus puede ser tratada efectivamente con medicamento antimalario, se ha demostrado que el fumar interfiere con los beneficios de los fármacos como los de hidroxicloriquina (Plaquenil®) y cloroquina (Aralen®).
Estudios realizados en Johns Hopkins University School of Medicine hallaron que la enfermedad de la piel por lupus es más activa en fumadores que en no fumadores.
El fumar retrasa la sanación de los huesos. Mientras tanto, los medicamentos utilizados para tratar el lupus- como la prednisona, anticonvulsivos, antiácidos que contienen aluminio, y heparina- aumentan el riesgo de tener huesos frágiles que llevan a la osteoporosis.
Las personas con lupus pueden desarrollar diabetes, haciéndolas propensos a mala cicatrización de heridas. El fumar retarda la sanación de las heridas aún más.
La necrosis avascular del hueso se puede desarrollar cuando se tiene lupus y puede requerir de cirugía. El fumar retarda la recuperación de enfermedades y cirugías.
Entonces, ¿por dónde comienza? Dejar de fumar es más fácil decirlo que hacerlo. Así como el lupus es único para cada persona, también lo son las muchas razones por las que puede elegir fumar y los desafíos que puede enfrentar al intentar dejar de fumar. Va a tomar algún esfuerzo y motivación de su parte, pero usted no tiene que hacerlo solo.
Hable con su médico sobre la mejor manera de comenzar. Trabajando juntos, pueden elegir estrategias que no interfieran con su plan de tratamiento de lupus o medicamentos. Si se siente cómodo, hable con su familia y amigos sobre su decisión de dejar de fumar. Cuanto más apoyo tenga, más probable es que usted tendrá éxito.
Tómelo un día a la vez y no se decepcione por los reveses. Abrace la idea de que dejar de fumar es lo correcto para usted y para controlar su lupus. Todos en la Fundación Lupus de América le apoyamos en este viaje hacia una vida más saludable con lupus.