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Los 10 mejores planes de acción para adolescentes con lupus que van a la universidad
Si estás yendo a la universidad lejos de casa, hay algunas cosas por las que tendrás que prepararte más allá de elegir tus clases y mudarte a tu dormitorio. Vivir lejos de casa por primera vez significa más responsabilidad — especialmente en lo que respecta a tu salud. Agrega estos 10 planes de acción a tu lista de “Cosas que Debo Hacer” para asegurarte de que tu primer año sea lo mejor posible.
1. Entiende tu cobertura de seguro médico
Para las personas con lupus, tener seguro médico es muy importante. Pero el seguro médico puede ser difícil de entender a veces. Muchos estudiantes que van a la universidad tienen cobertura médica bajo el seguro de sus padres, pero para ti, eso puedo que no sea cierto. Debes entender tus opciones de seguro médico, como funciona tu seguro, y como obtener la atención que necesitas.
¿Tu seguro es a través del empleador de tus padres, el intercambio de salud del estado, o Medicaid?
¿Tu escuela ofrece seguro medico? Si no tienes seguro o estás considerando comprar el seguro de la escuela, asegúrate de entenderlo antes de comprarlo.
¿Cuál es el nombre de la compañía de seguros que maneja tu plan de seguro de salud? Si tienes una tarjeta de seguro de salud, esta información estará en la tarjeta.
¿Sabes cómo encontrar médicos en la red del plan?
¿Necesitarás una referencia médica para ver a un especialista?
la prima es la cantidad que se debe pagar cada mes por tu plan de seguro médico. ¿Tendrás que pagar las primas de tu seguro? Si estás cubierto por el seguro de tus padres, ese padre paga la prima.
estos son los montos que pagas por cada servicio que recibes. Si el monto que pagas es una cifra en dólares establecida, digamos $20, se llama copago o copago. Si el monto es un porcentaje del costo del servicio, digamos 20%, se llama coseguro.
este es el monto que tendrás que pagar antes de que tu seguro de salud comience a pagar por la atención médica.
este es el monto que pagas por los servicios cubiertos en un año, antes de que tus seguros paguen el 100% por esos servicios.
Si tu seguro médico as a través de Medicaid, esa cobertura se terminará cuando cumplas 19. Tendrías que comprar tu propio seguro en ese punto. Comienza a buscar y comparar seguros temprano—tendrás que presentar documentación y el procesamiento lleva tiempo
2. Encuentra un reumatólogo en la ciudad o en el pueblo donde estarás viviendo
Deberás asegurarte de seguir recibiendo seguimientos médicos periódicos, incluso análisis de laboratorio y exámenes físicos. Una vez que hayas encontrado un reumatólogo en el área, podrás comenzar a programar tus propias citas con el médico, administrar tus recetas médicas, reponer tus medicamentos y decidir cuándo ir al centro de salud estudiantil para recibir tratamientos necesarios. Hacerte cargo de tu atención médica también significa lidiar con los proveedores de seguro médico y el papeleo.
Pídele a tu reumatólogo actual que te ayude a encontrar otro reumatólogo donde estarás viviendo que pueda ayudarte a monitorear tu salud. Asegúrate de que el médico acepte tu seguro de salud — llama a la oficina del médico para chequear.
Llama a la oficina del nuevo reumatólogo con al menos tres meses de anticipación para programar tu primera cita. Informa al secretario de la oficina que se trata de una cita introductoria para que coordinen la cita de manera que el médico tenga suficiente tiempo contigo.
Pídele a tu reumatólogo actual que envíe tus registros médicos y un resumen médico al nuevo reumatólogo. Pide que te envíen una segunda copia y una tercera copia al centro de salud de la universidad.
Llama al consultorio del nuevo médico unas semanas antes de la cita para asegurarte de que tu documentación haya llegado.
Pregúntale a tu reumatólogo actual si le gustaría verte cuando estés de regreso en tu casa durante las vacaciones escolares.
3. Organiza la forma de obtener tus medicamentos recetados
Tus medicamentos ayudan a controlar tus síntomas de lupus. Nunca es una buena idea dejar de tomar—o comenzar a tomar--ningún medicamento sin una planificación previa. No cambies tus medicamentos sin hablar con tu médico.
Verifica si el centro de salud estudiantil tiene una farmacia que pueda proveer tus recetas médicas. De ser así, solicita a tu farmacia actual que transfiera tus recetas allí. Tu reumatólogo actual también puede transferir tus recetas.
Algunas farmacias locales pueden tener un servicio de entrega y pueden darte el encuentro en un lugar previamente acordado en el campus universitario.
Hay servicios de pedidos de recetas médicas por correo que se enviarán a tu buzón del campus. Asegúrate de organizar que te manden un mensaje de texto o de voz para avisarte que el paquete está en camino y cuál es la fecha de llegada prevista. Llenar tus recetas por correo podría costarte menos y usualmente te permitirá llenar recetas por 90 días en vez de llenarlas cada mes.
Establece una alerta en tu teléfono móvil u otro dispositivo para recordarte cuándo es el momento de reponer tus medicamentos. También puedes configurar un recordatorio con la mayoría de las farmacias.
4. Asegúrate de que tu tarjeta de información de contacto de emergencia esté actualizada
Querrás que la gente que te atiende sepa que tienes lupus, qué medicamentos estás tomando, el nombre de tu compañía de seguros y tus contactos de emergencia. También puede haber información de salud que el personal de emergencia debería saber.
Si actualmente no tienes una tarjeta de contacto de emergencia en tu billetera o en tu teléfono móvil, usa un servicio gratuito en línea para crear una. Cuando esté completa, escanéala y guárdala en tu teléfono móvil. Imprime una copia para tu billetera también.
Asegúrate de que tus padres, el Asesor Residente (RA) en tu dormitorio y tu reumatólogo tengan copias de la tarjeta. También es una buena idea tener esta tarjeta en el archivo del centro de salud estudiantil en tu universidad.
5. Completa un formulario de autorización que permita que tu información médica sea entregada a tus representantes personales
Una vez que cumplas 18 años, nadie puede mirar tu información médica sin tu permiso. El formulario “Autorización para Divulgar Información Médica” te permite enumerar qué personas pueden ver tus registros médicos, los resultados de las pruebas de laboratorio, y otra información médica.
Completa el formulario (no olvides firmarlo y fecharlo), escanéalo y guárdalo en tu teléfono móvil.
Entrega copias a todos los que has incluido en el formulario, por ejemplo, tus padres y tu Asesor Residente. También es una buena idea tener el formulario archivado en el centro de salud del campus.
6. Conoce los primeros signos de advertencia de infección, coágulos de sangre, enfermedad cardíaca o renal y otras complicaciones relacionadas con el lupus
Las personas con lupus tienen más probabilidades de tener complicaciones cardíacas, pulmonares, renales, cerebrales y sanguíneas. Las infecciones son más comunes, también. Cuando conoces cuáles son las señales de advertencia de estas complicaciones,, puedes alertar a tu reumatólogo y a cualquier otro proveedor de atención médica.
Pregúntale a tu reumatólogo cuáles son los signos de advertencia más importantes de los problemas de salud relacionados con el lupus y qué debes hacer si sospechas que hay un problema.
Mantén un registro de tu estado de salud –un“auto-chequeo”diario o semanal te ayudará a detectar cualquier anomalía antes de que se convierta en un problema. Puedes configurar un recordatorio en tu teléfono para que no te olvides.
Conoce los efectos secundarios más comunes de tus medicamentos –especialmente cualquier cosa nueva– para que puedas saber bien la diferencia entre un efecto secundario y cualquier síntoma nuevo relacionado con tu lupus. Informa a tu médico sobre cualquier efecto secundario o síntomas que sientas.
7. Está atento a los factores desencadenantes que puedan provocarte un brote de lupus
El lupus es una enfermedad impredecible — a veces puedes sentirte bien y otras veces tus síntomas pueden empeorar repentinamente o brotar. Cuanto antes reconozcas las señales de un brote, lo más pronto podrás obtener ayuda y evitar daños a tus órganos.
Piensa en la última vez que tuviste un brote. ¿Qué estaba pasando en tu vida cuando sucedió? ¿Puedes pensar en algún evento o actividad que podría haberlo causado?
Las erupciones de lupus pueden desencadenarse por diferentes tipos de estrés, como no dormir lo suficiente, no comer bien, sentirse abrumado, exponerse demasiado al sol y abusar del alcohol o de las drogas.
A veces las personas dejan de tomar sus medicamentos porque se sienten mejor o porque odian los efectos secundarios. Pero dejar de tomar esos medicamentos, puede provocar un brote de lupus. Si tienes preguntas sobre algún medicamento que estás tomando, asegúrate de consultarlo con tu médico.
Ten en cuenta los factores desencadenantes que te provocan un brote cuando planees actividades . Esto te ayudará a evitar faltar a clases u otros compromisos, o tener que tomar medicamentos más fuertes.
Si estás teniendo problemas evitando los factores desencadenantes que te ocasionan brotes de lupus, consulta a tu reumatólogo.
8. Regístrate en la oficina de accesibilidad estudiantil en el campus
Además de causar complicaciones físicas, el lupus también puede afectar tus funciones cerebrales —a veces puede causar problemas para procesar pensamientos, dificultad para concentrarse y pérdida de memoria. Independientemente del tipo de ayuda que necesites, el personal de la oficina de accesibilidad estudiantil es el mejor lugar para comenzar.
Averigua si hay tiempo para que pases por esta oficina durante tu orientación. De esta manera no tendrás que luchar para registrarte si tienes una necesidad durante el semestre.
Debes de estar preparado para explicar las formas en que el lupus puede o no afectar tu capacidad para realizar tu trabajo de curso o asistir a tus clases. Ejemplos pueden ser un edificio con escaleras que son difíciles de subir, o necesitar tiempo adicional para tareas escritas, ya que puedes demorar más tiempo en poner tus pensamientos en palabras.
Si algo cambia con tu información de contacto u horario de clases, infórmale al personal de la oficina de accesibilidad.
9. Piensa en maneras de lograr que tu horario sea manejable
La vida universitaria a menudo es agitada, especialmente si haces malabares con un trabajo a medio tiempo, compromisos extracurriculares y actividades sociales junto con todas tus clases. Pero extenderse demasiado es la manera más segura de provocar un brote de lupus.
Haz una cita para hablar con tu consejero académico sobre una carga de clases que te permitirá tener tiempo de descanso mientras sigues cumpliendo con los requisitos de graduación.
Siempre que sea posible, toma tus clases más difíciles a la hora del día cuando generalmente te sientas lo mejor posible. Pídele a tus compañeros que compartan notas contigo en caso de que estés ausente.
Examine su rutina diaria y asegúrese de haber incluido tiempo para descansar cada día.
Las noches de cine con amigos, citas, asistir a eventos deportivos y otras actividades sociales pueden ayudarte a mantener un equilibrio entre el trabajo en clase y la diversión.
Piensa en la mejor manera en la que puedes comer alimentos saludables consistentemente y busca formas de incorporar ejercicio a diario. Sobre todo, ten como prioridad dormir lo suficiente todas las noches.
10. Debes saber con quién hablar si necesitas apoyo emocional
Tu primer año de universidad puede ser uno de los mejores momentos de tu vida, pero también puede ser uno de los momentos más difíciles. Es fácil sentirse abrumado, especialmente si el lupus se activa y no puedes trabajar tanto como te gustaría. Si comienzas a sentirte frustrado o deprimido y los sentimientos no desaparecen, solicita ayuda.
Ya sea que necesites apoyo moral o simplemente quieras desahogarte, piensa en las personas a las que puedes recurrir. Tu red de apoyo puede incluir a tus padres y otros parientes, amigos, un mentor , y tus proveedores de atención médica. También puedes hablar con tu asesor o consejero universitario, tus profesores u otros instructores y miembros del personal en la oficina de servicios de accesibilidad. Cada miembro del personal de tu universidad tiene un único propósito — ayudarte a ser exitoso. Ellos tienen la expectativa de que los estudiantes necesitarán ayuda y se comunicarán con el personal, y por lo general harán todo lo posible por brindar apoyo.
Mantente en contacto con tu red familiar y de amigos por medio de las redes sociales, mensajes de texto y correos electrónicos: déjales saber que estás pensando en ellos y que estás contento de que sean parte de tu equipo de apoyo. O bien, puedes probar LupusConnect™, una nueva comunidad en línea para personas con lupus y sus seres queridos. Únete a LupusConnect.Inspire.com.
Si prefieres hablar con un terapeuta entrenado, pregunta quién estaría disponible en el centro de salud del campus. También puedes buscar un profesional local de salud mental que esté en tu red de seguro de salud. La mayoría de los seguros pagarán una parte del costo de las sesiones de terapia.
La Fundación Lupus de América (Lupus Foundation of America ) ha capacitado a educadores de salud que están disponibles para responder preguntas y brindar apoyo. Llama al 1.888.558.0121 o visita lupus.org/es/resources/health-educator para hablar con un educador de salud en inglés o español. También puede haber un grupo de apoyo para lupus cerca de ti. Para obtener más información sobre cómo participar localmente en eventos, programas y oportunidades de asistencia, visita lupus.org/resources/find-support-near-you.