Diagnosticando el lupus en niños
El lupus es una enfermedad altamente variable. Algunos niños tienen síntomas obvios de lupus como fiebre, sarpullidos y problemas renales. Otros, sin embargo, pueden quejarse solo de no encontrarse bien, de estar cansados o adoloridos. Algunos niños parecen sanos, pero tienen sangre en la orina u otros problemas que no son visibles a simple vista que llevarán a sus médicos a diagnosticarles lupus.
Aunque generalmente se requiere un resultado de laboratorio positivo en anticuerpos antinucleares (ANA) para hacer el diagnóstico, hay muchos niños con un ANA positivo que no tienen lupus. Adicionalmente, es importante recordar que pueden surgir más signos y síntomas con el tiempo, especialmente en niños.
Dadas estas complicaciones, el primer paso para cualquier familia es asegurarse de que el diagnóstico sea correcto.
Una vez establecido el diagnóstico, es comprensible que los padres se preocupen inmediatamente por lo que sucederá con su hijo. Aunque el lupus puede ser una enfermedad grave y potencialmente mortal, muchos niños con lupus estarán bien.
El pronóstico del lupus en la infancia, depende de cuan severamente están afectados los órganos internos.
El lupus en niños es la misma enfermedad que el lupus en adultos; sin embargo, los niños diagnosticados con lupus a menudo han estado enfermos durante un período más largo antes de que se les haya hecho un diagnóstico. Debido a que normalmente han estado enfermos durante más tiempo antes de que sea reconocido el lupus, los niños son más propensos a que el órgano interno esté bastante más afectado en el momento en que se realiza el diagnóstico.
Los niños con enfermedades significativas de riñón u otro órgano interno, necesitan un tratamiento agresivo. La enfermedad en los niños que solo tengan una leve erupción cutánea y la artritis puede ser fácilmente controlada. Sin embargo, debido a que el lupus es impredecible, los médicos pueden no pronosticar con absoluta certeza cuál será el resultado de un niño específico a largo plazo.